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08 febrero, 2020

Naufragio

Hace 4 años me fui a vivir a una isla, mi corazón feliz se fue a vivir al tuyo.
En aquella isla, reí, abracé, bailé, besé, viví intensamente contigo cada día a pesar de no estar juntos cada día.
En aquella isla lo tenía todo, a veces nos acecharon peligros, malas personas que querían que nuestra isla se hundiese y con ella, nosotros, como en el Titanic, pero no lo consiguieron, ni ellos, ni nadie, nos hicimos más fuertes y supimos hacer de la isla nuestro mayor fuerte, hacer de los dos, la mejor supervivencia y el amor más bonito, mas real que ninguno que habría soñado jamás.
Pero hace ya varios meses, llegó el verano y teníamos menos ocupaciones, al menos yo, y mi cabeza y mi corazón comenzaron a necesitar mas de ti, pero tu ahí estabas en la otra punta intentando animarme y entenderme, pero no lo hiciste, y me fui al mar, agobiada.
Y me olvidé por un rato de todo entre las olas, acabe mareada, tragué agua, pero me salvaste.
El verano continuó luciendo radiante como el sol, con el calor propio de la mejor isla del mundo, la isla en la que estaba contigo.
Volvimos a vivir momentos increíbles, volví a sentirme feliz como siempre, pero en julio rompiste una promesa y la dejé pasar, pero dentro de mi siguió pesando y pesando, hasta que decidí volver al mar, dejé que me inundase y sufrí, sufrí por estar inundada de él sin tí, porque no me entendiste.
Pero apareciste y te quedaste más fuerte a mi lado sin soltarme y volví a sentirme bien, tranquila, me alejaste del mar.
Y con o sin ti los días pasaban en la isla tranquilos, felices, juntos estando a kilómetros o a centímetros, me atreví incluso a pasear por la orilla del mar, sin miedos, sin tristezas.
Un día comencé a sentirme perdida, a kilómetros de ti no me sentía bien, volvíamos a vernos y me calmaba, llegaste a quedarte en mi lado de la isla más que nunca, pero me volví a sentir perdida.
En pleno diciembre, con el mar helado y embravecido, me metí poco a poco más, tu me hablabas desde lejos pero yo seguía, metiéndome mar a dentro, tampoco hiciste nada por impedirlo, y acabe en medio del mar a muchos kilómetros de la orilla, seguía oyendo tu voz, pero me sentía perdida, no quería saber nada de ti, estaba en pleno naufragio, con mi corazón luchando por no ahogarse.
Pasaron muchas semanas, o al menos a mi se me hicieron eternas, rodeada del mar y de nada más, al fin y al cabo podría acabar engullendome.
No sé cómo pero apareciste con un bote y me subiste en él, me hiciste varias promesas y no sabía si creerte pero decidí seguir contigo, a pesar de todo me aterraba estar sin ti.
Hemos vuelto a la isla y sabemos que las cosas no son como antes pero tenemos la esperanza de recuperarlo y de realmente estar mejor, hemos reflexionado en nuestras cabañas y nos hemos escuchado, pero hoy he vuelto a pensar en las cosas que tanto necesito de ti y esas por más que quiera han seguido igual, tengo miedo a que pase el tiempo y me sienta perdida, a que acabe peor que aquel naufragio.
Estoy en la orilla del mar con miedo a entrar en él, me estoy paseando en el límite entre mi naufragio o despedida final y la punta opuesta de la isla en la que estás tu, la persona que amo como a nadie en el mundo pero que quiere quedarse en aquella punta y en la que no se me permite quedarme más de un cierto tiempo.

05 septiembre, 2019

Con A

Todo comienza con A de Arriesgarse,
con A de Atreverse,
con A de Asumir,
con A de Alegría,
con A de Aprendizaje,
con A de Alocada/o,
con A de Ahora.
Arriesgarse a volver a sufrir o poder comenzar de cero algo bueno, poder ser feliz, de dar todo por un futuro a tu lado.
Atreverse a enamorarse, a luchar, a confiar, a sonreír sin miedo.
Asumir los riesgos, asumir los baches, los bajones, la desesperanza, la angustia, las condiciones, asumir lo que aceptamos.
Alegría de conseguir, de superar, de continuar, de ganar, de volver a verse, de sentirse, de cuidarse.
Aprendizaje de las caídas, de los errores, del orgullo, del cegarse, del miedo escondido en otros defectos, de aceptarse y mejorarse.
Alocada de dar todo, de dejarme la piel, de dar todo sean minutos, horas o unos días, de vivir este instante, de dejarme llevar y no pensar, de escuchar al corazón y olvidar la mente, de dar abrazos sin soltar y besos con muchos mordiscos.
Ahora de pensar en el presente, en este instante, en qué vivo ahora, en qué tengo, en cómo me siento, en cuidar esto, en disfrutar de esto.
Todo comienza con A de Arriesgarse pero continúa con C de Cuidar cada instante, formando día a día un futuro próximo que ayer pensabas que no llegaría, Cuida Ahora, mañana será tarde, el mañana es para los cobardes, para comerse la cabeza, siendo que nadie sabe qué pasará mañana, Cuida hoy que eso sí lo sabes, que si quieres lo haces como nadie.

Que si merece la pena el corazón va primero y, ya si eso, mañana se alinea a la cabeza, 
pues si el corazón es feliz de verdad ya está teniendo cabeza aunque no te des cuenta.