Rememorando viejos tiempos

Amiga, hoy ya es el segundo día de esta semana
que me llamas.
Con historias y conversaciones únicas,
como las echaba de menos,
el que no pares de hablar emocionada contándome cada detalle,
y que se pasen los minutos como segundos,
no hay ningún silencio incómodo.
Quizás estemos echas para seguir hablando lo que haga falta por el fijo.
Contarnos lo que se nos pasa por la cabeza,
momentos importantes que la otra necesitaba saber.
Porque son de esos viejos tiempos que se siguen repitiendo,
y lo que queda.
Ya van 8 años, madre mía ¡que locura!
Y nuestra amistad a pesar de todo, perdura.
Gracias por hacerme sonreír con estos pequeños detalles,
por esos findes de verano juntas,
por las risas,
las confesiones.
nuestras gocherías, por todo lo que vivimos.