Nos queremos ciegos

Cuando conoces a alguien y te llama la atención,
te pones automáticamente el escudo de "No sufrir",
aunque siga ahí, no te la crees, aunque sea la realidad,
sigues con el escudo, antes ciego/a que sufriendo.
Cuando te dice "te quiero", te quieres ciega,
y eres una persona sorda que no ha oído
ni mucho menos ningún tipo de afecto hacia tí,
o eso pretendes, pero tu te ciegas.
A veces, no esta tan mal hacernos los ciegos,
querer serlo, somos menos débiles
ante el sufrimiento.
Pero ahora bien,
¿Mejor hacerse el ciego cuando la relación lleva mucho tiempo,
y tu sigues creyendo tus convicciones, que no los actos del otro?
Cuando sus actos son los que querías y ahora que están quieres más,
esos ya no te son suficientes o esos a veces no los crees.
Porque no ves lo que estas viviendo, vives en tu ceguera seleccionada,
seleccionada más allá de tu negatividad, de tu miedo, de tus exigencias,
de tus caprichos, ansias de felicidad, y acéptalo,
nunca sera suficiente para ti,
siempre querrás más, inconformista peligrosa.
Otra ceguera mala, es aquella que es todo lo contrario a la anterior,
esa en la que sabes que todo lo que vives es malo,
pero te quedas con ese mínimo
positivo que tu te imaginas que está pero no está,
tu crees fielmente en que sí, pero no, todo el mundo te lo ha dicho ya,
pero tu no estas dispuesta a verlo,
esa no es tu realidad, debería serla, es la verdadera, pero no es la tuya.
Después de ver las cegueras creadas por nosotros,
¿realmente creéis que son buenas?
Ninguna lo son, ninguna tiene excusa, nada de ellas, nada de ellas sirve.
Dejad de cegaros por el miedo, orgullo, exigencia o falta de autoestima,
vivir, abrir los ojos, observar, contemplar cada momento que vivís,
y si es bueno, agradecerlo y disfrutarlo al límite.
Si es malo tened la intención y buscar el no querer vivirlo más,
todos tenemos derecho a ser felices, a ser queridos, valorados
y sobretodo respetados, y eso es no exigir, no limitar, no manipular,
es dejarse llevar si es bueno, dejar los miedos, dejarnos disfrutar,
dejarnos libres si es malo, dejarnos vivir.
Para vivir las vendas no hacen falta en los ojos, sólo en las heridas,
para vivir necesitamos sentir y ciegos a deseo no podemos hacerlo.